Desde la década de 1930 existen transmisiones semiautomáticas. Pero evolucionaron lentamente a lo largo de las décadas y ahora tenemos algo muy diferente a lo que existía en ese entonces. Sin embargo, eso es común con todos los componentes de un automóvil.
Ha habido varios tipos de transmisiones semiautomáticas desde su introducción, incluida la manual sin embrague, el embrague automático, el embrague automático manual y el cambio de paleta. En todos los casos, aún se requiere que el conductor cambie de marcha, pero se elimina el requisito normal de presionar el pedal del embrague.
¿Qué es una transmisión semiautomática?
Una transmisión semiautomática es básicamente una transmisión manual que no utiliza un embrague. En cambio, las marchas cambian cuando el conductor da un comando que se envía a través de sensores y procesadores electrónicos.
Estos sensores son los que reemplazan el pedal del embrague, que normalmente sería pisado por el conductor antes de cambiar de marcha. Ahora la electrónica le dice al embrague qué hacer, lo que ayuda a que los cambios de marchas sean muy suaves porque el par y la sincronización son casi perfectos.
Los fabricantes de automóviles en Europa fueron responsables del desarrollo de la transmisión semiautomática porque sentían que mejoraría la experiencia de conducción. Este es especialmente el caso en lugares concurridos como ciudades donde debe detenerse constantemente en los semáforos y encender los semáforos en verde.
Entonces, la principal diferencia entre la transmisión manual y la transmisión semiautomática es que la transmisión manual usa tuberías y cables, mientras que la transmisión semiautomática usa componentes electrónicos y actuadores. Estas computadoras le quitan presión al conductor.
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Cómo funciona
El conductor de una semiautomática todavía tendrá que cambiar de marcha utilizando una caja de cambios manual. Lo único es que la caja de cambios no necesita que pise ningún pedal de embrague porque la electrónica del semiautomático se encarga del embrague por sí misma.
Debido a esto, la caja de cambios puede calcular con precisión el momento adecuado para que las marchas cambien, lo que les permite cambiar de manera rápida y suave.
El único problema es que puede encontrarse con una caja de cambios que no realiza su trabajo tan rápido como le gustaría. Este sería especialmente el caso si está conduciendo y luego debe frenar bruscamente para reducir la velocidad rápidamente.
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Contras
- Requiere más dinero para mantener una semiautomática que para una manual.
- Reparar una semiautomática es caro. De hecho, el reemplazo sería más económico.
- Los semiautomáticos tienen un historial de mal funcionamiento y fallas. Hay muchas razones por las que esto podría suceder y es posible que ni siquiera involucren la transmisión directamente.
Pros
- La experiencia de conducción es muy suave al cambiar de marcha.
- Si los convertidores de par experimentan un deslizamiento, no habrá pérdida de energía. Tampoco experimentará esta pérdida durante los turnos manuales.